Plantas y Salud Mental

Cuando hablamos de los beneficios al cultivar plantas y mantener nuestros jardines, usualmente nos enfocamos en cómo pueden adornar nuestro hogar y servir de recreación para nosotros, pero existen muchos beneficios adicionales respecto al verde y la agricultura que pueden pasar desapercibidos, y que son tan valiosos como las frutas y vegetales de nuestras huertas caseras.

Un aspecto muy importante es la manera en la que las plantas y los espacios verdes pueden mejorar nuestra salud mental, un tema que ha sido estudiado por décadas y que algunos investigadores, como Charles Hall y Melinda Knuth, han buscado comunicar mediante la revisión de la literatura científica respecto a esta temática.

En uno de sus artículos, publicado en el Journal of Environmental Horticulture, Hall y Knuth mencionan cómo nuestro estado de ánimo puede mejorar al vivir cerca de espacios verdes y pasar el mayor tiempo posible en entornos naturales, además de permitir otros efectos beneficiosos para nuestra percepción, productividad y manejo del estrés.

Estos beneficios muestran el impacto en la salud mental de nuestra cercanía con la naturaleza y la vida vegetal, y pueden resumirse en 10 puntos importantes:

  1. Disminución del estrés y la ansiedad
    Pasar tiempo en entornos naturales (o en espacios con naturaleza presente) puede ayudarnos a acelerar el tiempo que tardamos recuperándonos de la fatiga mental, mejorar nuestra concentración y destreza, disminuir nuestra frecuencia cardíaca, fomentar la actividad física y reducir la ansiedad en personas adultas.

Inclusive, se ha encontrado que la exposición a plantas, ya sea reales o artificiales (como en un póster, por ejemplo) resulta en niveles más bajos de estrés en pacientes hospitalarios, un beneficio que también se ha percibido en ambientes laborales.

  1. Ayuda para personas con TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad)
    Los paisajes naturales y la disponibilidad de espacios verdes pueden reducir el impacto del TDAH, con mejoras en la habilidad mental y la cognición tras realizar descansos cortos en espacios verdes o caminar en la naturaleza.
  2. Impacto en nuestro intelecto
    Algunos estudios sugieren que al relacionarnos con ambientes naturales complejos, o al incorporar elementos de diseño de interiores con características similares a la naturaleza (“diseño biofílico”), podemos permitir no solo una reducción de los efectos negativos del estrés y el cansancio, sino también un posible aumento en nuestro desempeño e intelecto, que se nutre de la exposición a la complejidad y los detalles que nos brindan estos espacios verdes.
  3. Reducción de los síntomas de la depresión
    La inmersión en la naturaleza puede funcionar como una medida terapéutica para personas con depresión clínica, con estudios que muestran que las caminatas y la exposición a espacios verdes pueden conducir a una reducción en la incidencia de síntomas depresivos y una mejora en el estado de ánimo, además de menor ansiedad y un aumento en la capacidad retentiva.
  4. Mejor retención y memoria
    En comparación con el ambiente urbano, se ha mostrado que la interacción con espacios verdes (como una caminata por el bosque), puede permitir mejores resultados cuando se realizan pruebas de memoria operativa, que involucran la capacidad para concentrarse y enfocarse, además de permitir una mejora en la capacidad de retención para pacientes que han sufrido de demencia o derrames.
  5. Más felicidad, satisfacción y calidad de vida
    Numerosos estudios han demostrado una mejora en el bienestar psicológico para aquellas personas que interactúan con la naturaleza, con efectos que incluyen mejor autoestima y estado de ánimo, disminución de la ira, relajación y una buena salud en general, con una relación directa entre los beneficios y la calidad/cantidad de espacios verdes cercanos a nosotros.
    Algunos investigadores han descrito que, al observar plantas, las concentraciones de oxihemoglobina en la corteza prefrontal disminuyen, lo que indica un estado fisiológico de relajación, y por tanto, más emociones positivas de tranquilidad y comodidad.
  6. Mitigación de síntomas en personas con PTSD (trastorno por estrés postraumático) o demencia
    A través de algunas terapias o programas de rehabilitación basados en el contacto con la naturaleza y la agricultura, las personas con PTSD pueden desarrollar un mejor control de sus síntomas y estados mentales más positivos, lo que impacta significativamente en la recuperación de la calidad de vida de estas personas.

A su vez, este tipo de actividades puede permitir la reducción de conductas agresivas y la mejora de la capacidad cognitiva en personas con demencia.

  1. Mayor productividad y atención
    Varios estudios han encontrado que los espacios de trabajo que cuentan con elementos naturales, diseño biofílico y acceso a luz solar pueden generar una mayor productividad, con trabajadores más atentos, relajados, con mejor humor y menos irritados por los síntomas físicos de alergias y asma, esto por la liberación de humedad de las plantas en ambientes o atmósferas típicamente secas.
  2. Mayor creatividad
    Se ha mostrado que las caminatas por la naturaleza e incluso las visitas cortas a parques y bosques en áreas urbanas aumentan la creatividad y la sensación de vitalidad, además de contribuir al estado de ánimo en las personas.
  3. Mejora en la autoestima
    El llamado “ejercicio verde”, o la actividad física en espacios verdes o entornos naturales, especialmente con presencia de agua, puede conducir a un incremento en la autoestima y el estado de ánimo, colaborando al bienestar de las personas de manera integral.

Fuente: Hall C and Knuth M. An update of the literature supporting the well-being benefits of plants: A review of the emotional and mental health benefits of plants. Journal of Environmental Horticulture. March 2019; 37(1).

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