¿Cuándo debo regar las plantas que tengo en mis macetas?

Al cuidar las plantas que tenemos en nuestras macetas, debemos tener claro que necesitan más agua y por lo tanto más riego que las plantas en el suelo de nuestro jardín, pues aguantan períodos más cortos antes de requerir más hidratación.

Esto se debe en primer lugar a la cantidad de tierra o sustrato disponible para cada planta, ya que en las macetas hay menos capacidad para mantener la humedad, aunque también depende del tamaño de la maceta, del material del que esté hecha (materiales porosos como la cerámica retienen menos humedad) y del tipo de sustrato que usemos para plantar.

Además, la frecuencia con la que debemos regar nuestras plantes depende de otras características importantes:

  1. El tipo de planta
    Resulta importante notar que diferentes especies tienen diferentes necesidades, por lo que es importante tener claro cuáles son los cuidados específicos para cada planta. Una regla general que podemos aplicar de forma general es que, conforme la hojas sean más grandes, o la planta requiera menos luz, probablemente necesite más agua.
  2. Los diferentes sustratos
    El tipo de sustrato que se usa determina la humedad disponible para las raíces de nuestras plantas, por lo que es útil conocer las características de cada uno.
    -Sustratos arcillosos: Retienen mucho la humedad, por lo que debe tenerse cuidado con su utilización.
    -Sustratos para cactus y suculentas: Suelen ser muy transpirables, por lo que no retienen mucha humedad pero permiten que se aireen las raíces, una característica útil para esos tipos de plantas. Si se usa este tipo de sustrato en otras plantas, probablemente deba regarse más a menudo.
    -Sustrato universal: Es una mezcla estándar para la mayoría de plantas, que permite una buena retención de agua, nutrientes y oxigenación.
  3. Exposición al sol y a diversas condiciones climáticas
    Al ser ubicadas a pleno sol, las plantas transpiran más y pierden más humedad por la evaporación, respecto a las plantas colocadas en la sombra. Algo similar pasa con el viento, por lo que se retiene menos humedad en plantas muy expuestas.

Además, los cambios de estaciones llevan consigo cambios en la temperatura, radiación solar y exposición a la lluvia, lo que puede modificar la frecuencia de riego; en verano suele haber más pérdida de humedad, por lo que debe reponerse con frecuencia para que las plantas no sufran estrés por falta de agua y se marchiten o pierdan hojas.

Las plantas conservadas en interiores pueden ser regadas con mucha menor frecuencia, pues no están tan expuestas a los fenómenos meteorológicos de las plantas de exteriores, aunque deben tomarse en cuenta los efectos de los sistemas de aire acondicionado, calefacción y otros dispositivos que puedan afectar la humedad.

—Conclusión:—
Como podemos notar, la frecuencia de riego depende de muchos factores y de la biología de cada planta, por lo que la mejor manera de decidir cuando regar o no es observar frecuentemente el comportamiento de la planta y comprobar su humedad, inclusive tocando la tierra con las manos si fuera necesario. Además, un tip útil es que siempre es más fácil recuperar una planta con falta de agua que una con exceso de humedad, por lo que no hay que tenerle tanto miedo a “quedarse corto”.

Fuente: https://www.joseeljardinero.com/frecuencia-de-riego-macetas/

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